Cada 28 de mayo, el mundo se une para conmemorar el Día Internacional del Síndrome de Treacher Collins, una jornada que busca visibilizar y concienciar sobre una enfermedad rara que afecta a aproximadamente 2 de cada 100.000 nacimientos.
Más allá de los desafíos médicos, quienes viven con esta condición enfrentan barreras sociales, educativas y emocionales que requieren una atención mucho más inclusiva, solidaria y humana.
¿Qué es el Síndrome de Treacher Collins?
También conocido como disostosis mandibulofacial, el síndrome de Treacher Collins es un trastorno genético congénito que se manifiesta a través de malformaciones en el cráneo y la cara. Sus principales características incluyen:
- Ausencia parcial o total de los pómulos
- Malformaciones en una o ambas orejas (e incluso ausencia)
- Mandíbula y mentón poco desarrollados
- Faringe estrecha, dificultando la respiración
- Presencia de paladar hendido
- Problemas oculares, auditivos, respiratorios y digestivos
Este conjunto de síntomas da lugar a un rostro distintivo y a múltiples dificultades funcionales, lo que exige atención médica especializada desde los primeros días de vida.
¿Por qué se celebra el 28 de mayo?
La fecha elegida para esta conmemoración no es casual. El 28 de mayo marca el nacimiento de Edward Treacher Collins, el cirujano y oftalmólogo británico que en 1900 describió por primera vez las características clínicas del síndrome. Gracias a su trabajo pionero, fue posible identificar y nombrar esta condición, lo que más tarde permitió avanzar hacia su diagnóstico, tratamiento y estudio.
Más que una enfermedad, una historia de superación
Aunque los efectos del síndrome son visibles y complejos, las historias de vida de quienes lo padecen son también relatos de superación, valentía y resiliencia. Uno de los casos más conocidos a nivel mundial fue la inspiración para el personaje principal del libro “Wonder”, que más tarde se convirtió en una película aclamada por su mensaje inclusivo.
Personas con Treacher Collins han demostrado que, con los apoyos adecuados, pueden desarrollarse plenamente en áreas como la educación, el arte, la tecnología y el activismo social. Lo que necesitan no es lástima, sino igualdad de oportunidades, comprensión y acompañamiento.
Atención médica integral: un reto multidisciplinario
Debido a la complejidad de esta condición, el tratamiento de las personas con Treacher Collins requiere la intervención coordinada de un equipo multidisciplinario que puede incluir:
- Cirujanos plásticos y maxilofaciales
- Otorrinolaringólogos
- Oftalmólogos
- Dentistas y ortodoncistas
- Foniatras y terapeutas del habla
- Pediatras
- Psicólogos y asistentes sociales
Muchos de estos procedimientos comienzan desde los primeros meses de vida y se extienden durante toda la infancia y adolescencia. En algunos casos, los pacientes requieren varias cirugías reconstructivas y apoyo continuo para desarrollar el habla o mejorar la audición.
El estigma social: una barrera aún más dolorosa
Uno de los desafíos más difíciles que enfrentan las personas con Treacher Collins no es físico, sino social. El aspecto visible de la condición suele convertirse en objeto de discriminación, acoso escolar y exclusión, lo que impacta profundamente en la autoestima y la salud emocional de quienes lo padecen, especialmente durante la infancia.
Combatir el estigma pasa por educar a la sociedad sobre la diversidad, fomentar entornos escolares inclusivos y romper con los estereotipos que asocian la belleza con la normalidad. Es necesario que todos aprendamos a mirar con empatía, y no con prejuicios.
¿Cómo podemos apoyar desde nuestro entorno?
Todos podemos ser agentes de cambio en esta causa. Algunas formas de apoyar el Día Internacional del Síndrome de Treacher Collins incluyen:
- Informarse y difundir contenido sobre esta enfermedad rara.
- Compartir historias de personas que viven con esta condición para fomentar la empatía.
- Apoyar organizaciones que trabajan con enfermedades raras o deformidades cráneo-faciales.
- Fomentar una educación inclusiva, que enseñe a niñas y niños a respetar las diferencias desde temprana edad.
- Si conoces a alguien con Treacher Collins, acompáñalo sin condescendencia y respeta su ritmo, necesidades y autonomía.