El gobierno del presidente Donald Trump ha utilizado el suministro de financiación para lograr el cumplimiento de su agenda, y ha recortado fondos a instituciones como la Universidad de Columbia y la Universidad de Pensilvania. Al mismo tiempo, universidades de todo el país gestionan recortes en los subsidios destinados a las instituciones de investigación.
La restricción de fondos para la educación superior pone de manifiesto cuánto dependen las universidades estadounidenses del gobierno federal —proveedor de subvenciones y contratos que han representado cerca de la mitad de los ingresos totales de algunas universidades especializadas en investigación, según un análisis de The Associated Press.
Esto se traduce en una crisis para las universidades y un problema para el país en su conjunto, dicen los administradores escolares y los defensores de la libertad académica. Las capacidades de investigación científica y médica de Estados Unidos están estrechamente vinculadas con sus universidades como parte de un convenio que comenzó después de que finalizó la Segunda Guerra Mundial para desarrollar la maestría y el conocimiento del país.
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"Se siente como que cualquier día, cualquier universidad podría pasarse de la raya de alguna manera y perder todo su financiamiento", apuntó Jonathan Friedman, director general de programas de libertad de expresión en PEN América, una organización sin fines de lucro que trabaja para proteger la libertad de expresión en Estados Unidos y el mundo.
Decenas de miles de millones de dólares en juego
El análisis de la AP examinó la financiación federal de casi 100 universidades que están actualmente bajo investigación porque tienen programas que el gobierno considera que promueven ilegalmente la diversidad, la equidad y la inclusión, o por no hacer lo suficiente para combatir el antisemitismo. Esas instituciones obtuvieron más de 33.000 millones de dólares en ingresos federales en el año académico 2022-2023 —y eso sin considerar la ayuda federal para los estudiantes, que representa miles de millones de dólares más en pagos para su matrícula, alojamiento y manutención.
Según el análisis, entre el 10% y el 13% de los ingresos de la mayoría de las escuelas provinieron de contratos federales o financiación para la investigación. Sin embargo, para algunas universidades de investigación prestigiosas, el dinero federal representó hasta la mitad de sus ingresos.
Fuente: El Vocero