La empresa biotecnológica Neuralink, propiedad de Elon Musk, prevé comenzar a probar sus chips cerebrales en humanos en seis meses. Los ensayos clínicos, señaló el empresario, comenzarán una vez que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) autorice la solicitud presentada.
Durante el evento ‘Neuralink Show and Tell: Fall 2022’, el magnate detalló que las dos primeras aplicaciones en humanos de su dispositivo cerebral serán restaurar la visión y recuperar la movilidad muscular.
Asimismo, el empresario destacó los avances en el desarrollo de las interfaces y el dispositivo cerebral inalámbrico durante el último año, en el que ha sido probado exitosamente en primates. Al inicio de su presentación, mostró cómo el implante permitía a un mono controlar telepáticamente el cursor de un ordenador para seleccionar letras de un teclado e incluso jugar videojuegos.
En este contexto, Musk aseguró que están listos para probar su tecnología en cerebros humanos. «Queremos ser extremadamente cuidadosos y estar seguros de que funcionará bien antes de poner un dispositivo en un humano, pero hemos presentado, creo, la mayor parte de nuestra documentación a la FDA y creemos que probablemente en unos seis meses podremos tener nuestro primer Neuralink» implantado en una persona, afirmó.
El objetivo a corto plazo de Neuralink es desarrollar un chip que permita al cerebro controlar dispositivos electrónicos complejos y, en una segunda instancia, permitir a las personas con parálisis recuperar la función motora y tratar enfermedades cerebrales como el párkinson, la demencia o el alzhéimer, así como restaurar la visión. A largo plazo, la meta es crear una red neuronal que permita fusionar el cerebro con la inteligencia artificial.
Sin embargo, los planes de la empresa de comenzar los ensayos clínicos se han retrasado por cerca de dos años, lo que la ha rezagado frente a su competidor en el mercado biotecnológico, Synchron, que alcanzó en julio pasado un importante hito al implantar por primera vez uno de sus dispositivos a un paciente en Estados Unidos, además de haber completado cuatro protocolos con humanos en Australia.