Santiago de Chile. – La planta piloto Haru Oni de la empresa HIF Global, líder de un proyecto energético multinacional, produjo este martes en Punta Arenas los primeros litros de combustibles sintéticos fabricados con hidrógeno verde e hidróxido de carbono reciclado, hito en el desarrollo de los «eCombustibles» que buscan desplazar en el futuro a los combustibles fósiles.
“(…) la planta Haru Oni de HIF tiene ese valor simbólico. Uno que nos permite mirar hacia un futuro donde otras formas de energía son posibles. En un momento donde tantas fuerzas empujan para retroceder en nuestros objetivos climáticos; necesitamos estos momentos de optimismo”, señaló el ministro de Energía chileno, Diego Pardow, que asistió a la demostración.
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“Es clave que la nueva industria del hidrógeno verde favorezca la creación de buenos empleos y mejore la calidad de vida de las personas. De esta forma, estaremos dando certezas para un futuro mucho más sostenible”, agregó.
La actividad estuvo marcada por la carga con gasolina sintética de un Porsche 911, marca alemana de autos deportivos que participa en Haru Oni, además de Enel Green Power, Enap, Siemens Energy, Empresas Gasco y Exxon Mobile.
El proyecto contempla en un comienzo la producción de 350 toneladas de «eMetanol» crudo y 131 litros cúbicos de «eCombustible» por año, para luego pasar a una fase en que la inversión inicial de 74 millones de dolares aumente hasta los 755 millones de dólares, elevando su producción hasta 70.000 litros cúbicos de eCombustible.
La planta piloto
“Hace poco más de un año pusimos la primera piedra de este sueño; que hoy es realidad: contar con un combustible creado con la energía inigualable del viento magallánico. Es una respuesta concreta, aquí y ahora, al principal desafío de la humanidad. Estamos orgullosos de dar este paso en Punta Arenas y en Chile; porque sabemos será decisivo para el futuro de las próximas generaciones”, señaló el presidente de HIF Global, César Norton.
Según los expertos, la ventajosa posición geográfica del país, así como las condiciones climatológicas y la competitiva producción de energía solar y eólica, necesaria para obtener el hidrógeno verde, sitúan a Chile como una posible potencia exportadora de esta molécula energética.
El hidrógeno verde, el que se obtiene utilizando energías limpias, es conocido como «el combustible del futuro», es una potente fuente de energía que podría llegar a sustituir a los combustibles fósiles, y su uso solo libera vapor de agua.
Hasta ahora no se ha utilizado masivamente por su costosa producción, que consiste en aislar sus átomos a través de un proceso llamado electrólisis, sin embargo, cada vez son más los países que están tratando de abaratar los procesos.
El objetivo de Chile es reducir su valor a 1,5 dólares por kilo antes de 2030; lo que lo convertiría en el más barato del mundo.