Tokio. – Japón conmemoró este viernes el once años del terremoto y tsunami, catástrofe natural que devastó el noreste del país, causó 15.900 muertos y 2.523 desaparecidos y provocó la crisis nuclear de Fukushima, que mantiene a unas 38.000 personas desplazadas.
La infraestructura de las zonas más afectadas ha sido reconstruida en gran medida; pero decenas de miles de personas permanecen lejos de los que una vez fueron sus hogares más de una década después, sobre todo la población de áreas cercanas a la accidentada central atómica, donde continúan las labores de limpieza y desmantelamiento.
Un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter con epicentro en el mar frente a la costa noreste nipona del Pacífico sacudió el archipiélago a las 14.46 del 11 de marzo de 2011. El temblor se prolongó durante varios minutos y provocó un tsunami; que superó en ciertos puntos los 10 metros de altura, arrasando todo a su paso.
Los muros del dique de contención en torno a la central nuclear de Fukushima Daiichi no pudieron contener el envite de las olas; que inundaron los sótanos donde estaban los generados de emergencia.
Puedes leer: Desconocidos amordazan y golpean familia durante un atraco en Cotuí
La refrigeración de los reactores nucleares falló y los núcleos de tres de ellos sufrieron fusiones, y se produjeron explosiones de hidrógeno y fugas radiactivas. La contaminación sigue presente en flora y fauna de algunos bosques de zonas cercanas, donde las labores de descontaminación no han concluido.
El Gobierno central nipón celebra una ceremonia anual conmemorativa; hoy se llevaron a cabo numerosos memoriales locales en las zonas afectadas, incluida en Fukushima, para honrar a las víctimas y afectados.
La catástrofe natural
Según las autoridades japonesas, el desastre natural dejó 15.900 muertos, mientras que 2.523 personas siguen desaparecidas, principalmente en las prefecturas de Miyagi, Fukushima e Iwate. El número de fallecidos posteriormente por causas vinculadas al suceso; como enfermedad o suicidios, quedó en 3.784 hasta septiembre del año pasado, según datos de la Agencia de Reconstrucción.
Aunque a lo largo de los años se han ido levantando las órdenes de evacuación vinculadas al desastre, todavía hay amplias zonas de exclusión donde se prohíbe la entrada por la alta radiactividad en las inmediaciones de la central, cuyo desmantelamiento se aspira a concluir en algún momento de la década de 2040.
Fukushima sigue sufriendo hoy en día los estragos del desastre y sus labores agrícolas y ganaderas continúan luchando por recuperarse; un esfuerzo que podría verse empañado por la decisión del Gobierno de verter a partir de 2023 el agua contaminada tratada utilizada para enfriar los reactores.
