Santiago de Chile.- Desde el viernes, Chile se encuentra inmerso en la ola de incendios más devastadora de los últimos tiempos, desencadenando un mensaje de unidad y determinación: «Nos volveremos a poner de pie».
Las llamas han cobrado la vida de 99 personas hasta ahora, mientras las autoridades advierten que la cifra aumentará a medida que los equipos de rescate controlen el fuego en la región de Valparaíso, a solo 100 kilómetros de Santiago.
El presidente chileno, Gabriel Boric, declaró dos días de luto nacional, describiendo esta tragedia como la más grande desde el terremoto de febrero de 2010. Chile, ubicado en el Cinturón de fuego del Pacífico, se enfrenta constantemente a desastres naturales, desde terremotos y tsunamis hasta incendios forestales. El país ocupa el puesto 27 en el Reporte Mundial de Riesgo por Desastres Naturales, siendo una nación que ha aprendido a vivir con la adversidad.
Leer más: Cientos de evacuados en Chile por un voraz incendio forestal
Expertos subrayan que, a pesar de ser uno de los países más expuestos a riesgos naturales, Chile ha demostrado resiliencia y capacidad de adaptación. La tragedia del terremoto de 2010 marcó un punto de inflexión, impulsando al país hacia una gestión del riesgo más preventiva. La implementación del Sistema de Alerta de Emergencia (SAE) en respuesta a ese evento ha sido crucial en la actual respuesta a los incendios, permitiendo la rápida difusión de mensajes de evacuación.
Enfrentando no solo incendios, sino también lluvias intensas en 2023 y aluviones mortales en 2015, los chilenos han forjado una mentalidad resiliente. La geógrafa Carmen Paz destaca que la catástrofe de 2010 generó un impacto significativo, llevando al país a fortalecer sus medidas de prevención y gestión del riesgo.
Miguel Castillo, ingeniero forestal, señala que los incendios forestales no son ajenos al cambio climático, y Chile destinó un presupuesto histórico de 156 millones de dólares para combatirlos este año. Esta medida busca hacer frente a una realidad que se intensifica, como lo evidencian los eventos virulentos de los últimos años.
Chile, con su historia de emergencias naturales, se enfrenta una vez más a la prueba de la adversidad, pero la determinación y solidaridad de su gente refuerzan la creencia de que, una vez más, se levantarán de esta difícil situación.