En una reciente entrevista con The Guardian, Samuel L. Jackson, uno de los actores más emblemáticos de Hollywood, revivió la experiencia de su icónica participación en Deep Blue Sea, un thriller de tiburones asesinos que no solo destacó por su singular trama, sino también por la sorprendente manera en que su personaje se despidió de la historia.
Aunque el actor ha experimentado una extensa lista de muertes cinematográficas a lo largo de su carrera, fue su fallecimiento en este filme el que se grabó en la memoria colectiva del público, una experiencia que él mismo rememora con un tono de nostalgia y diversión.
Un mes bajo el agua y la tormenta
Jackson comenzó su relato recordando las duras condiciones de filmación bajo el agua. Durante un mes entero, estuvo sumergido en tanques de agua diseñados específicamente para las intensas escenas de Deep Blue Sea.
La experiencia resultó mucho más exigente de lo que había anticipado. En particular, la secuencia de la tormenta en la que participó fue particularmente difícil, ya que los productores lanzaban grandes cantidades de agua desde torres, creando olas gigantes que volaban por todo el set.
Esta puesta en escena no solo desbordó las expectativas del propio Jackson, sino que también generó un ambiente de caos en el equipo, como recordó: “Para la segunda semana, el tanque de agua se había convertido en un gigantesco charco de orina”, un guiño cómico a las difíciles condiciones de rodaje.
Lo que hizo a Deep Blue Sea una película memorable para Jackson fue la manera en que su personaje, el ejecutivo de una instalación de investigación sobre tiburones genéticamente modificados, se sacrificó de forma inesperada.
A diferencia de muchas películas de terror, en las que los personajes afroamericanos suelen ser los primeros en caer, su personaje fue asesinado de manera tan abrupta que dejó a la audiencia atónita.
En lugar de morir de una forma convencional, como un héroe que cae al final, el personaje de Jackson es atacado por un tiburón en un momento clave de la trama, cuando parecía que iba a guiar a los sobrevivientes a la seguridad. “El público no pudo evitar gritar y luego reír ante la sorpresa”, recordó el actor, confirmando que su muerte era el giro inesperado necesario para la película.
La película también rompió con los clichés tradicionales de Hollywood sobre la representación de personajes afroamericanos en filmes de terror. Mientras que en muchos casos estos personajes suelen ser eliminados pronto, en Deep Blue Sea el actor LL Cool J interpretó al último sobreviviente, una victoria pequeña pero significativa en términos de diversidad. Para Jackson, este detalle fue una pequeña victoria personal y una forma de subvertir expectativas.
Otro aspecto destacado de su participación en Deep Blue Sea fue la relación que desarrolló con el director Renny Harlin, con quien ya había trabajado en The Long Kiss Goodnight.
En la entrevista, Jackson expresó su confianza en Harlin y cómo le fascinaba trabajar con él debido a la libertad creativa que este le brindaba. Cuando Harlin le ofreció el papel en Deep Blue Sea, Jackson aceptó de inmediato, y cuando le dijo que sería el primero en morir, su reacción fue positiva.
A su juicio, la muerte de su personaje serviría para establecer la tensión en la trama, donde cualquier otro personaje podría morir en cualquier momento.
Tecnología en la filmación: tiburones reales y CGI
Un tema recurrente en la entrevista fue el uso de tecnología avanzada para representar a los tiburones en la película. Aunque los efectos especiales por computadora (CGI) estaban en sus primeras etapas de desarrollo, el equipo utilizó tanto modelos mecánicos controlados a distancia como tiburones reales para darle realismo a las escenas de ataque.
Jackson recordó cómo uno de estos tiburones, que medía más de siete metros y pesaba una tonelada, era impresionante en su realismo, aunque representaba un desafío para el equipo debido a su tamaño y fuerza.
Además de las innovaciones tecnológicas en el rodaje, otro aspecto clave de la película fue el cambio inesperado que sufrió el guion. Originalmente, el personaje de Saffron Burrows, la científica Susan, iba a ser uno de los sobrevivientes al final.
Sin embargo, los resultados de las proyecciones de prueba mostraron una reacción negativa del público hacia el personaje, quien, a pesar de tener buenas intenciones, había causado la inteligencia de los tiburones a través de la ingeniería genética, desatando el caos.
Ante esta respuesta, el guion fue reescrito de forma urgente, con LL Cool J tomando el rol de héroe y el tiburón llevándose finalmente al personaje de Susan. Este cambio, realizado en tiempo récord, transformó completamente el tono de la película y se convirtió en una de las decisiones clave que contribuyó a su éxito.
Hoy, más de dos décadas después de su estreno, Deep Blue Sea sigue siendo una de las películas más recordadas en la carrera de Samuel L. Jackson.
A pesar de haber interpretado a una amplia gama de personajes en su prolífica carrera, su muerte en este thriller de tiburones es la que, paradójicamente, se ha convertido en uno de los momentos más icónicos.
El actor no duda en reconocer que esa secuencia, aunque breve, logró una huella imborrable en la memoria de los fans del cine de terror.
Jackson también anticipó su futura colaboración con Renny Harlin en un nuevo proyecto, el cuarto en su carrera conjunta, aunque bromeó con la posibilidad de que Harlin esté preparando una película de tiburones.
¿Será este un regreso de su personaje en Deep Blue Sea? Jackson se mostró entusiasta ante la idea de que el tiburón que lo devoró regrese para darle una segunda oportunidad en la pantalla grande.
En resumen, la entrevista a Samuel L. Jackson revela mucho más que anécdotas de rodaje: pone de manifiesto una de las muertes más impactantes del cine moderno, una historia de colaboración creativa y, sobre todo, una película que sigue resonando con los fanáticos por su capacidad de subvertir las expectativas y sorprender en cada giro.
FUENTE: INFOBAE
