Bajos de Haina.- Las lágrimas, el silencio y los abrazos se han convertido en el lenguaje común en Bajos de Haina, donde se vive un duelo colectivo por la pérdida de numerosos residentes en la tragedia del Jet Set.
Durante los actos de velatorio en el polideportivo, vecinos y amigos expresaron el impacto emocional que ha dejado la partida repentina de personas muy cercanas. “Esto ha sido estremecedor. Muy mal, muy mal. No dormimos esa noche. Yo me crié con Rubby, y también perdí a mi estilista. Iba a verme esta semana. Me hace mucha falta,” compartió una residente, conmovida hasta las lágrimas.
Para muchos, se trata no solo de una tragedia nacional, sino de una herida íntima en el corazón de un pueblo donde “todo el mundo se conoce”. “Tengo diez personas conocidas entre las víctimas, una era mi exalumna, otra técnica, otra compañera de promoción… esto ha sido devastador,” dijo entre sollozos la maestra Flor María Gómez. Los testimonios recogen no solo pérdidas individuales, sino un fuerte sentido de comunidad golpeada: “Esto es muy doloroso, ver a tantas personas de una misma familia partir al mismo tiempo. Jaina está destrozado.”
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En el lugar, se siente la angustia de quienes aún no logran procesar la magnitud de lo vivido. “Conocimos a personas que estaban a punto de mudarse, de empezar nuevos proyectos. Era gente buena, cercana, que uno veía todos los días,” comentó Jocelyn Medina, otra de las asistentes. Muchos expresaron que más allá del dolor, este momento debe invitar a una reflexión nacional. “Esto no puede pasar como una tragedia más. Es un llamado a cuidarnos más, a revisar todo lo que haga falta para que esto no se repita,” añadieron varios comunitarios.
Algunos, compartieron que aún no logran entender cómo una noche de alegría terminó en una tragedia que ha paralizado a todo el municipio. “Esto duele en el alma. Uno los veía sonriendo hace poco, y ahora los despedimos. Es como si el tiempo se hubiera roto.” Así, entre cantos, oraciones y abrazos apretados, Haina despide a los suyos. No solo con lágrimas, sino con el compromiso silencioso de que su memoria no será olvidada.