Santo Domingo.- Tras el anuncio del presidente Luis Abinader sobre la retirada del proyecto de reforma fiscal del Congreso Nacional, el país entra en una nueva fase de diálogo. El mandatario reconoció que la propuesta no logró el consenso necesario, lo que ha llevado al gobierno a replantear los alcances de la transformación tributaria.
El anuncio fue recibido con alivio por amplios sectores de la sociedad dominicana, que vieron en esta decisión una respuesta positiva a sus preocupaciones. Sin embargo, cabe preguntarse: ¿qué hubiera sucedido en ciertos sectores si el proyecto no se retiraba?
Industria turística
El sector turístico había alzado la voz, advirtiendo sobre el impacto negativo que tendría la eliminación de los incentivos establecidos en la Ley de Fomento al Desarrollo Turístico (CONFOTUR). Empresarios del sector sostenían que estos beneficios eran cruciales para la sostenibilidad y competitividad del país frente a destinos que aplican políticas fiscales similares.
David Llibre, presidente de Asonahores, señaló que eliminar los incentivos pondría a República Dominicana en desventaja frente a otros países de la región. “El turismo genera ingresos fiscales e inversión extranjera que equivalen a 12 veces el gasto tributario del sector”, recordó. Sin estos beneficios, atraer nuevas inversiones y desarrollar proyectos hoteleros en destinos clave como Punta Cana sería inviable.
Industria cinematográfica
La derogación de 11 artículos de la Ley 108-10 para el Fomento de la Actividad Cinematográfica, propuesta en el Proyecto de Ley de Modernización Fiscal del Poder Ejecutivo, habría representado un duro golpe para la industria del cine en la República Dominicana y sus aportes a la economía naranja, también conocida como economía creativa.
De acuerdo con la Asociación Dominicana de Profesionales de la Industria del Cine (Adocine), si se hubiera aprobado esta medida, el colapso del sector habría sido inevitable.
Según datos de la Unesco, la economía creativa representa el 3% del PIB mundial y emplea a más de 30 millones de personas en todo el mundo.
En la República Dominicana, solo en 2023, el cine impactó la economía con más de RD$10,197 millones. Ese año se realizaron 120 producciones, de las cuales 75 fueron nacionales y 45 extranjeras, aunque solo 12 se beneficiaron del incentivo al crédito fiscal.
En 2023, el Consejo Intersectorial para la Promoción de la Actividad Cinematográfica (CIPAC) aprobó incentivos por RD$15,905 millones para 117 proyectos nacionales y extranjeros, lo que generó 6,659 empleos directos, 225,212 noches de hospedaje, RD$740 millones en alimentos y bebidas, RD$1,051 millones en transporte, RD$1,171 millones en ITBIS y RD$355 millones en retenciones de ISR.
Hasta agosto de 2024, el CIPAC había aprobado incentivos por RD$776 millones para 12 proyectos, que generaron 316 empleos directos, 16,230 noches de hospedaje, RD$71 millones en transporte, RD$42 millones en alimentos y bebidas, y RD$66 millones en ITBIS.
En 2023, la inversión extranjera en producciones cinematográficas superó los RD$12,817 millones, según el estudio Impacto del Sector Cinematográfico en la República Dominicana, realizado por la Dirección General de Cine (DGCINE), Apricus Consulting Group, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM).
El estudio revela que el 87.6% de los proveedores contratados por la industria son micro y pequeñas empresas, que generan empleos en las comunidades donde se filma, combatiendo la pobreza en las mismas.
Hans García, presidente de Adocine, declaró a De Último Minuto que la propuesta del Proyecto de Ley de Modernización Fiscal habría supuesto “la destrucción de la industria cinematográfica del país”.
García explicó que más de 25 mil empleos se perderían y más de 375 empresas que prestan servicios al cine quebrarían, muchas de las cuales han hecho millonarias inversiones en equipos e instalaciones.
También señaló que tanto los profesionales del cine como los más de 1,200 estudiantes que cursan la carrera en más de seis universidades se quedarían sin un lugar donde ejercer.
En cuanto a la inversión extranjera anual que genera la industria, destacó: “Solo el año pasado recibimos más de 200 millones de dólares, con un promedio de 150 millones de dólares durante los últimos cinco años”.
Sin embargo, García reconoció la necesidad de una reforma fiscal y de aumentar los ingresos del Estado, por lo que se mostró a favor de un diálogo entre el sector y el gobierno, buscando beneficios para ambas partes.
El reconocido actor y productor Danilo Reynoso subrayó que “el cine es la actividad cultural más consumida en la República Dominicana”.
Según datos oficiales, durante la vigencia de la Ley de Cine, el Estado ha invertido más de RD$16,000 millones, de los cuales una cuarta parte se recupera automáticamente a través de la retención del ISR y el pago del ITBIS.
En el mismo periodo, el Estado ha recaudado más de 650 millones de dólares, equivalentes a RD$38,000 millones.
“Por eso hemos querido, en todo momento, sentarnos con el gobierno y negociar. Como industria, estamos dispuestos a revisar todo lo que sea necesario”, enfatizó Reynoso. “La cultura es el alma del pueblo, y el cine es su rostro”, concluyó durante la entrevista.
Emprendimiento
La clase emprendedora también se hubiera visto seriamente afectada por la reforma fiscal, particularmente por la eliminación de la exención de IVA (ITBIS) y selectivos al consumo en las importaciones conocidas como «envíos de bajo valor». Esta medida hubiera forzado a pequeños emprendedores, que se abastecen de productos importados por menos de 200 dólares, a pagar impuestos adicionales, encareciendo los costos y disminuyendo su rentabilidad.
Según el artículo 67 del proyecto de ley, los envíos con un valor en aduanas inferior a 200 dólares, categorizados como «De Minimis», estarían sujetos al Impuesto Selectivo al Consumo y al ITBIS. Esto habría afectado a quienes dependen de estas exoneraciones para sus negocios.
Si la reforma fiscal no se hubiera retirado, sectores clave como el turismo, la industria cinematográfica y los emprendedores habrían enfrentado un golpe devastador, comprometiendo no solo su crecimiento, sino también su viabilidad a largo plazo.
La eliminación de los incentivos fiscales que han sido pilares del desarrollo en estos sectores habría colocado a la República Dominicana en una situación de desventaja frente a competidores regionales, amenazando con desplomar inversiones extranjeras, reducir empleos y frenar la innovación en áreas vitales para la economía.