viernes, abril 26, 2024
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Un tifón y la pandemia empañan la Navidad en Filipinas

Filipinas. – Cientos de miles de personas en Filipinas, el país de mayoría católica romana más grande de Asia, celebraban la Navidad el sábado sin techo, suministros adecuados de comida y agua, electricidad o señal de celular, después de que un poderoso tifón dejara al menos 375 muertos la semana pasada y devastara provincias insulares en el centro del archipiélago.

Los neozelandeses, por su parte, celebraron la Navidad con el clima cálido del verano y pocas restricciones, en uno de los pocos países del mundo que apenas se han visto afectados por la variante ómicron.

Australia llegó a las fiestas en medio de su peor brote de COVID-19 desde el inicio de la pandemia. Los estados del país han recuperado las normas sobre mascarillas y otras medidas preventivas.

Y para agravar las complicaciones para los viajeros, aerolíneas de todo el mundo cancelaron cientos de vuelos conforme la nueva variante desbarataba planes y provocaba bajas de personal.

El viernes y el sábado se cancelaron más de 3.900 vuelos, según FlightAware, casi la mitad en aerolíneas chinas. En torno al 30% de los vuelos afectados -más de 1.100 tenían origen, destino o ambas cosas en Estados Unidos. Aun así, esto suponía una pequeña parte de los vuelos en todo el mundo. FlightAware dijo haber registrado más de 100.000 llegadas en 24 horas.

La tormenta que se abatió sobre Filipinas el 16 de diciembre dañó o destruyó más de 371.000 casas. Antes de eso, millones de personas habían regresado en las últimas semanas a centros comerciales, parques públicos e iglesias tras un alarmante repunte de contagios de COVID-19 en septiembre. El aumento de las vacunaciones y medidas más ligeras de cuarentena habían limitado los casos de ómicron en el país a apenas tres por el momento.

Arthur Yap, gobernador de la afectada provincia de Bohol, donde el tifón dejó más de 100 muertos y unos 150.000 hogares dañados o destruidos, pidió el sábado a las agencias humanitarias extranjeras que ayudaran a proporcionar refugios temporales y sistemas de filtrado de agua para reforzar la asistencia del gobierno filipino.

“Me niego a creer que hoy no hay espíritu navideño entre nuestra gente. Son católicos practicantes. Pero obviamente está muy apagado. Hay un miedo abrumador, no hay regalos, no hubo cenas de Nochebuena, hoy no hay nada de eso”, dijo Yap a The Associated Press por teléfono.

Yap dijo alegrarse de que muchos filipinos pudieran celebrar las fiestas con más seguridad por el descenso de contagios de COVID-19, aunque pidió que “por favor, no nos olviden”.

En Manila, que no se vio golpeada por el tifón, los católicos regresaban con alivio a las iglesias el sábado, aunque sólo se permitía un aforo parcial y los feligreses debían llevar mascarilla y mantener el distanciamiento social.

Fuente: Agencia AP

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