Una buena salud sexual es un elemento clave en la vida de una persona, que influye en su salud física, mental y emocional. La salud sexual y reproductiva debe fomentar el bienestar y el desarrollo emocional, intelectual y social.
A continuación, ocho consejos a tener en cuenta para mejorar y cuidar tu salud sexual y para disfrutar de experiencias sexuales placenteras y seguras:
El amor propio es primordial para escoger a la persona adecuada y también para entendernos como seres sexuados y aprender a expresar nuestra parte erótica. Conocer el propio cuerpo, quererlo, valorarlo y aceptarlo tal y como es para sentir con libertad y con confianza.
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La comunicación con la pareja es primordial para las preferencias, gustos y límites que establece cada uno, y aprender a hacerlo abiertamente sin miedo al juicio que el otro pueda hacer. La buena comunicación es clave a la hora de tener buenas relaciones sexuales.
A veces, la rutina y el estrés no dejan espacio para disfrutar de uno mismo. Por ello, reservar tiempo para practicar la respiración, la relajación muscular y el mindfulness, ayuda a regular las emociones y a incrementar el deseo sexual. Buscar momentos para disfrutar de la propia intimidad y dejar volar la imaginación.
Para practicar sexo seguro es básico mantener una rutina de higiene íntima diaria, con agua y jabón íntimo (sobre todo después de las relaciones sexuales) y utilizar métodos anticonceptivos que pueden ser de barrera, hormonales, DIU y quirúrgicos, para prevenir enfermedades de transmisión sexual (ITS) y embarazos no planificados. Cabe recordar que la marcha atrás no es un método anticonceptivo y por ello, no es seguro practicarla.
En relación con la salud sexual, las dificultades pueden aparecer a cualquier edad. Se deben eliminar los tabúes y si hay un problema de salud, debe tratarse como cualquier otra patología, por lo tanto, reconocer e identificar el problema y consultar al médico es clave para hacer un diagnóstico y encontrar una solución. Los tratamientos conductuales, sexológicos, con o sin medicación, y quirúrgicos dan buenos resultados.
Cuidar nuestra salud sexual también implica acudir al especialista médico correspondiente. En el caso de las mujeres, se recomienda acudir al ginecólogo con regularidad y hacer una revisión completa y una citología para el diagnóstico de candidiasis, cáncer de mama, cáncer de cuello uterino o infecciones de transmisión sexual. Se recomienda, también, visitar el ginecólogo desde la primera vez que se mantienen relaciones sexuales. En el caso de los hombres, es necesario visitar al urólogo si hay molestias, disfunción eréctil, impotencia o infertilidad.
Mantener una dieta equilibrada rica en macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas) y micronutrientes (vitaminas, minerales y antioxidantes) y fibra, aportará los elementos esenciales para el funcionamiento óptimo de nuestro organismo y ayudará a mantener en equilibrio nuestro sistema hormonal. También el ejercicio físico contribuirá a reducir el estrés para conseguir un bienestar emocional que permitirá aumentar la libido. Dejar el tabaco, llevar una vida activa y hacer espacio para el ocio son hábitos saludables que mejorarán la vida sexual.
Los centros de medicina y salud sexual acreditados son el mejor canal para acceder a información de confianza y de calidad ya que a menudo la que encontramos en internet no siempre es fiable. La falta de información o la información no contrastada con relación a la sexualidad y en nuestro cuerpo, afecta a la salud sexual. Mejorar el autoconocimiento y la psicoeducación favorece el bienestar y el crecimiento erótico y sexual.