Roma.- El papa Francisco alegó hoy que la bendición a las parejas del mismo sexo, aprobada por un reciente documento vaticano, va dirigida a «las personas», en una reunión a puerta cerrada con el clero romano, que le planteó sus dudas sobre el tema.
«El papa (…) ha aclarado un poco la situación. La intención es bendecir a las personas», resumió en la televisión pública italiana RAI al final del encuentro el obispo vicario de Roma, Angelo De Donatis.
El pontífice y obispo de Roma, ayer afectado por una leve bronquitis, reunió hoy en la basílica romana de San Juan de Letrán a más de 800 sacerdotes, diáconos y religiosos para tratar algunos temas importantes y optó por responder a sus preguntas.
El medio oficial «Vatican News» informó de que Francisco aclaró que esas bendiciones no cambian la doctrina del sacramento del matrimonio entre un hombre y una mujer y que en resumidas cuentas «se bendicen las personas, no el pecado», según dicho portal.
Asimismo, a preguntas de un sacerdote africano, el papa admitió que la cultura de África no acepta estas bendiciones -en muchos de sus países la homosexualidad es un delito- y que ese debate ya ha sido aclarado al cardenal congoleño Fridolin Ambongo.
La Diócesis de Roma ha precisado que se trató de «un diálogo abierto y familiar en un clima de cordialidad» en el que, además, el papa avanzó que reanudaría sus visitas a las parroquias romanas, tras los últimos tres encuentros a algunas zonas con problemas.
El encuentro con el clero se dio en medio de la tormenta desatada por la posibilidad de impartir bendiciones a parejas del mismo sexo o en situación «irregular» desde el punto de vista canónico, aunque sin justificarlas ni equipararlas con el matrimonio.
El pasado 18 de diciembre la Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe publicó la declaración «Fiducia Supplians» en la que se abría la posibilidad de impartir una bendición espontánea y sin ritos a ese tipo de parejas.
Esta histórica apertura del papa Francisco ha suscitado dudas y ciertas divisiones ya que parte del clero de todo el mundo, su facción más conservadora y obispos como los africanos lo han tachado de «blasfemia» y se niegan a impartir la bendición.
El prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino, el cardenal guineano Robert Sarah, uno de los más críticos con el papa argentino, ha calificado el documento de «herejía» y ha animado a oponerse a su aplicación.
El prefecto de la congregación, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, defendía en el texto que «se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo sin convalidar oficialmente su estatus ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio».
Ante la polémica, el cardenal Fernández tuvo que matizar el 4 de enero que la bendición de parejas homosexuales no será «litúrgica ni ritualizada» y que no supondrá su «justificación».