José Ortega y Gasset (9 de mayo de 1883 - 18 de octubre 1955) fue uno de los filósofos más influyentes del siglo XX en España, y su obra abarcó áreas como la filosofía, la sociología, la pedagogía y la política. Se caracterizó por un enfoque vitalista e histórico, que situaba al ser humano en su circunstancia concreta, entendiendo la realidad como un proceso en constante transformación.
Ortega nació en Madrid en el seno de una familia acomodada. Su formación universitaria comenzó en la Universidad Central de Madrid, donde estudió Filosofía y Letras.
Más tarde se trasladó a Alemania, donde asistió a la Universidad de Leipzig y a la Universidad de Berlín, y se relacionó con importantes filósofos como Edmund Husserl y Max Scheler. Esta formación alemana fue clave en su desarrollo filosófico, pero también le permitió adquirir una perspectiva crítica sobre la cultura y la educación en España.
José Ortega y La Rebelión de las Masas
En 1930, Ortega publicó La rebelión de las masas, un texto fundamental que definió su visión sobre los cambios sociales y culturales de la época. A través de este trabajo, analizó el fenomenal crecimiento de la población en Europa en el siglo XIX, y cómo este fenómeno llevó a una democratización del ocio y del bienestar, pero también al auge de una nueva figura social: el hombre-masa.
Este hombre-masa, según Ortega, era un individuo que se creía con derecho a todo sin entender el esfuerzo histórico que había permitido su bienestar. A diferencia de él, el hombre-egregio aspiraba a ser mejor, a vivir una vida auténtica y a desarrollar una vocación individual, en lugar de conformarse con lo que era común y vulgar.
La crisis de las creencias y la técnica
También reflexionó sobre la crisis de las creencias que azotaba a la sociedad contemporánea. La fe en la ciencia y el progreso, que había sustituido a la fe religiosa durante la Edad Contemporánea, estaba siendo puesta en duda. Para Ortega, la técnica, aunque producía avances materiales y confort, carecía de sentido si no se sustentaba en una base científica sólida que buscara la verdad y explicara la realidad.
Esta pérdida del interés por el conocimiento profundo, según Ortega, conduciría a la civilización occidental a la barbarie. La ciencia, entendida como un afán de conocer la verdad, debía ser el motor del progreso humano, no solo la aplicación utilitaria de la técnica.
La Pedagogía y la Misión de la Universidad
Este destacado filósofo también tuvo un gran impacto en el campo de la educación y desde joven, se mostró preocupado por la pedagogía, buscando transmitir a sus alumnos el amor al saber. Defendía una pedagogía de la contaminación, en la que el profesor no solo transmitiera conocimientos, sino que contagiara a sus alumnos el gusto por la verdad.
Su enfoque sobre la enseñanza fue muy innovador: en lugar de centrarse únicamente en el conocimiento especializado, propuso que la universidad debía formar a hombres cultos y buenos profesionales, sin tratar de convertir a todos los estudiantes en científicos. Para ello, abogaba por una universidad que tuviera una Facultad de Cultura, que enseñara a los estudiantes a entender las grandes disciplinas del saber y a construir una visión del mundo que fuera coherente con la realidad histórica.
En su obra Misión de la Universidad (1930), Ortega también planteó un análisis crítico del sistema universitario español, destacando la necesidad de reformar la educación superior para hacerla más accesible y pertinente para la sociedad. Propuso que la universidad debería centrarse en el alumno y sus necesidades vitales, en lugar de en el conocimiento abstracto.
Su propuesta incluía que los estudiantes tuvieran un papel activo en la gestión de la universidad, contribuyendo a la creación de un espacio de reflexión y acción.
Además, Ortega defendió la idea de que la universidad no debía ser un privilegio exclusivo de las clases acomodadas. Creía que, para promover el progreso social, era esencial que las clases trabajadoras tuvieran acceso a la educación superior, lo cual solo sería posible a través de una reforma del Estado que garantizara esa posibilidad.
El legado de Ortega y Gasset
Ortega fue un gran promotor de la cultura en España, buscando siempre democratizar el acceso a las ideas y al conocimiento. A través de iniciativas como la Revista de Occidente y la editorial del mismo nombre, promovió una difusión amplia de las ciencias, las artes y la filosofía.
Además, desde instituciones como la Residencia de Estudiantes y la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, colaboró en proyectos de gran envergadura intelectual, que permitieron la llegada a España de algunos de los científicos y literatos más importantes de la época, como Albert Einstein y Paul Valéry.
Ortega fue una figura central de la cultura española del siglo XX, cuyas ideas seguían siendo una referencia esencial para el entendimiento de la modernidad y el papel del individuo en la sociedad.
Su filosofía, orientada a la vida humana concreta y sus circunstancias, buscaba ayudar al hombre a encontrar su lugar en un mundo en constante cambio, promoviendo una reflexión crítica y constructiva sobre la realidad.