Santo Domingo.– La propuesta de otorgar permisos temporales de trabajo a ciudadanos haitianos en situación irregular, respaldada por figuras como el expresidente Hipólito Mejía, ha generado diversas reacciones entre la población. En un recorrido realizado por De Último Minuto, la mayoría de los consultados coincidió en que, aunque la migración debe estar regulada, es necesario reconocer la realidad laboral del país y el rol que juegan los trabajadores haitianos.
“Los haitianos son los que hacen el trabajo que muchos dominicanos no quieren hacer. Si se van, aquí vuelve el monte y el hierbazo por todas partes”, expresó Rubén Santana, al tiempo que señaló que muchos dominicanos rechazan empleos duros como la construcción o el corte de patio. “El dominicano quiere dinero, pero no quiere sudar. ¿Quién construyó esos edificios que tú ves ahí? Los haitianos”, dijo con firmeza.
En la misma línea, Mercedes, otra entrevistada, fue clara al afirmar que “los dominicanos somos haraganes para ciertos trabajos. Ellos vienen y resuelven, trabajan duro. Si nosotros estuviéramos en su lugar, también quisiéramos una oportunidad.” Para ella, permitirles trabajar de forma legal es una manera justa y más segura de manejar la situación.
De su lado, Luis Pérez, trabajador de la construcción, opinó que “la migración no es mala si se regula. En otros países uno también trabaja con permisos. Aquí se debe hacer igual.” Considera que regularizar a los haitianos que ya están empleados ayudaría a tener más control y evitaría que estén huyendo constantemente de las autoridades migratorias.
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Aunque algunos ciudadanos advierten sobre posibles consecuencias a largo plazo y la necesidad de reforzar la vigilancia fronteriza, la mayoría reconoce que el sector laboral, especialmente en áreas como la construcción, la agricultura y los servicios, depende en gran parte de la mano de obra haitiana. “Aquí hay que buscar una solución real. No se puede tapar el sol con un dedo”, concluyó Santana.
Los entrevistados coincidieron en que es el empleador quien debe asumir responsabilidad y asegurar que sus trabajadores estén debidamente registrados, y que la solución debe ser humana, organizada y en beneficio de ambas naciones.